Las castañas de Tenerife, biodiversidad de comarca con valores añadidos
Cuando las calles de nuestras ciudades se cubren de esa bruma particular y el peculiar aroma tostado que nos lleva directamente al otoño, es el momento perfecto para hablar de castañas. Pero no de un tipo de castaña cualquiera. Sino de las castañas de Tenerife.
A priori puede parecer que no hay diferencia con las castañas que proceden de fuera de la isla, pero la realidad es que son distintas. Es un producto especial y selecto.
Las castañas de Tenerife son especiales, por muchas razones.
Las castañas de Tenerife forman parte del legado gastronómico y cultural de la isla. Hablamos de un cultivo asociado a otros, nada extensivo. Pero muy peculiar por la forma que redibuja los paisajes de medianías.
Muy arraigado también. No deja de tener relevancia que se trate de un producto que llega a la isla a partir del S.XVI, tras la ocupación castellana.
Cuando consumimos un producto como la castaña, normalmente no nos paramos a pensar en estos factores. Pero conocerlos constituye un motivo de peso para dar un paso en esto del consumo responsable y disfrutar de sus ventajas.
Por ello nos reunimos con Belén Sarmiento, Ingeniera Agrónoma de la Oficina del Agricultor de La Matanza. Y con Laureano Febles, Presidente de la Asociación de Cosecheros de Castañas de Acentejo.
Ellos nos introducen en términos como, “apañar” el “erizo”, enfrentarse a las “púas”. A pie de terreno se conoce como “juanila” a una curiosidad de castaña que no echa estrella. Es decir, una castaña que no hinchó. A las flores del castaño, en una zona se le llama “moco”, en otras, a pocos kilómetros, “candelilla”.
“Las menudas”, son las castañas pequeñas. Si es “redonda”, hablamos de un producto un poquito mayor. Pero también tenemos la “mulata”, la “culochico”, la “picuda”, la “polegre”, la “castagrande” o la “arafera”. El universo botánico de la castaña de Tenerife y sus características son todo un mundo.
Pero hay más. La primera y más destacable diferencia con respecto a las castañas de Tenerife, que planteamos al comienzo, es el valor de su origen.
Hablamos de un producto km0.
El valor km0 en las castañas de Tenerife.
Uno de los factores más importantes del consumo responsable es la proximidad.
Las Castañas de Tenerife a partir de su recolección, selección y procesado, tardan apenas tres días en llegar al consumidor. Y eso es un valor añadido, muy a tener en cuenta.
¿Afecta eso a la calidad del producto? La respuesta es sí.
Para un producto que tiende a considerarse como de larga durabilidad, por esa robusta coraza que la protege, la realidad es que la frescura afecta a su calidad. Si es fresca, se recomienda consumirla en una semana o semana y media. A medida que pasa el tiempo, va perdiendo propiedades.
Se trata de un fruto vivo al que las tierras de medianía le dan un sabor intenso. Es algo diferente.
Que el consumo local de productos de temporada tiene beneficios ambientales, sociales y económicos ya son valores integrados en la mente de los consumidores. Aparte, e igualmente destacable, hay que añadir que para que las castañas de Tenerife lleguen a nuestra mesa, estamos hablando de un proceso de recolección manual y artesano.
Como producto temporal, y a diferencia de otros lugares del territorio nacional, no tenemos la cultura que puede haber en Galicia, la zona de El Bierzo, incluso Málaga. En Tenerife no se guarda la castaña.
Se trata de un producto muy estacional, que consumimos solo en otoño y que forma parte del recetario tradicional de una época particular.
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Para el entorno de las castañas de Tenerife se identifican tres usos diferentes, con respecto al manejo del huerto, así como a los hábitos de compra y consumo:
- La producción comercial de castañas y ventas directas.
- El aprovechamiento del árbol, destacando la vara del castaño, muy usada antaño en cestería tradicional. Así como el aprovechamiento de la floración, para elaborar la reconocida Miel de Castaño.
- El uso de senderos de castaños como actividades de tiempo libre y herramienta de promoción del entorno.
Por lo tanto, el futuro de esta actividad agrícola tradicional pasa por innovar y reforzar una marca gourmet y un producto tradicional muy versátil, que es en lo que estos momentos se está trabajando.
El paisaje de las medianías.
Los castañeros aportan un matiz especial a las medianías de Tenerife.
Existen dos grandes áreas de cultivo del castaño, una que se extiende desde La Orotava a La Esperanza, en la cara Norte, la más húmeda de la Isla. Y otra cerca de Arafo en la cara Sur, muy seca y expuesta al viento. El rango de altitudes en que se cultiva el castaño se sitúa entre los 800 y los 1100m.
Se trata de un cultivo dentro de las zonas de transición entre el monte y las franjas de viña y papa, que crea paisaje.
Don Laureano lo describe de manera muy poética: El castaño sigue el ritmo de las estaciones y el producto cambia. Una cosa es ver la castaña ya recolectada, en los lineales y las mallas. Pero el proceso, desde la floración hasta la recolección, cuando cae la castaña, es sencillamente, bonito. “La gente se sorprende cuando llueve y las castañas cubren el suelo, resaltándolo con su color encarnado, sobre el terreno limpio”.
Un trabajo de la asociación.
Los productores de castaña de Tenerife de la Asociación de Cosecheros de Castañas de Acentejo se enfrentan a infinitos retos. Para empezar, los que plantea el clima durante el proceso de producción.Cuando llega la campaña de recogida, los terrenos abruptos y desprotegidos, a los cuales no pueden acceder las máquinas, complican el proceso: “Para apañar 100 kilos de castaña, una persona, mujer o hombre, la cintura molesta. Y es una labor diaria, A veces hasta dos veces al día. Y es que si tú no vas, puede pasar el “lindante”, ese medianero que pasa “de paso” y apaña lo que no es suyo”.
De ahí la importancia de conocer y potenciar el producto bajo una marca de calidad. Las castañas de Tenerife de la asociación te dan una garantía. Hay que saber identificarlas.
En este proyecto para potenciar su consumo se han unido ayuntamientos, Cabildo de Tenerife y Gobierno de Canarias, a través de GMR Canarias.
Otro de los objetivos es conseguir que el producto perdure en el tiempo y desarrollar todo su potencial a través de la transformación, para poder consumirlo y disfrutarlo durante todo el año; ya sea como harinas, cremas o productos elaborados que den continuidad a este sabor auténtico.
El trabajo que actualmente hacen productores y técnicos e instituciones para posicionar la castaña de Tenerife es incansable.
A la cabeza, Laureano Febres, todo un referente del patrimonio rural de Tenerife
Prueba las castañas de Tenerife. Un producto local que forma parte de los sabores Volcanic Xperience.
Únete a las festividades y ferias que celebran la llegada de este delicioso fruto en las medianías, como Saborea Acentejo o la Feria de la Castaña en La Matanza, que celebra el producto junto con la manzana. O tradiciones tan auténticas como la Víspera de San Andrés, con la apertura de las bodegas y la degustación del vino nuevo, que siempre va acompañado de castañas asadas.
Ahora que sabes más sobre las castañas de Tenerife un pequeño pero gran producto gourmet, conformarse con otras va a ser difícil.
FUENTES |
Centro de Conservación de la Biodiversidad Agrícola de Tenerife (CCBAT)
Fondos Europeos del Gobierno de Canarias
Dirección General de Fondos Comunitarios del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas
Unidad Administradora del FSE (UAFSE, Ministerio de Empleo y Seguridad Social)